El reto presupuestario de los municipios humanistas

Abril 2022

Leonardo Montañez Castro

La Nación

Lentamente los municipios del país salimos de la profunda crisis económica y presupuestaria que provocó la pandemia por COVID-19 y regresamos a las actividades más fortalecidos en ideas y decisiones.

En México, una premisa del quehacer público que prácticamente se mantiene intacta es la satisfacción de demandas ciudadanas ilimitadas con recursos públicos limitados.

Durante los dos últimos años, la mayoría de los municipios experimentamos un apremio presupuestario como resultado de una menor dinámica en las actividades productivas que impactaron en la caída de la economía nacional y en los recursos que la Federación transfirió a los gobiernos locales.

Ante el complicado panorama, algunos gobiernos municipales tomamos la decisión de focalizar y hacer más eficiente el gasto público para destinar mayores recursos a la cobertura de salud pública y proteger a la población más vulnerable y a subsidiar al sector productivo de nuestras regiones con el objetivo de evitar su cierre definitivo y la detonación de más desempleo.

El 2022 es un año de grandes retos que los municipios humanistas debemos de afrontar con valentía e inteligencia para poder cumplirlos en beneficio de cada uno de los ciudadanos que han depositado su confianza en nosotros.

En este contexto, ¿existen razones de peso para suponer que continuarán las presiones presupuestarias y las limitaciones en la planeación del gasto local?

A razón de las evidencias numéricas oficiales, todo indica que la presión presupuestaria comenzará a disminuir y contaremos en tiempo y forma, al menos durante el primer semestre del año, con los recursos programados por la Federación para que los municipios podamos invertir sin apremios en gasto social y económico local.

Empero, la confianza de los ciudadanos en nosotros es un factor primordial para mantenernos alertas y volcar todo el peso de nuestras ideas y tiempo a solucionar los problemas más apremiantes independientemente de los factores ajenos a nuestras decisiones como municipios.

Lo cierto es que hay señales de que los municipios humanistas hemos hecho bien las cosas frente a la adversidad económica, pues ante la escasez de recursos públicos hicimos eficiente el gasto sin contratar más deuda.

De acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en 2021 la deuda de los municipios disminuyó (-) 14.3 por ciento en términos reales.

Por otro lado, las perspectivas de crecimiento de los ingresos municipales son halagüeñas, ya que la tendencia al alza del precio del petróleo fortalecerá los recursos de la Recaudación Federal Participable y, en consecuencia, las participaciones.

La SHCP informó recientemente que durante el periodo enero-febrero del año 2022, los ingresos tributarios crecieron 16.7 por ciento en términos reales comparados con el año inmediato anterior a pesar de que durante el mes de febrero se registró una caída marginal de (-) 0.7 por ciento en términos reales de estos ingresos vinculado específicamente al consumo y los subsidios a las gasolinas que promueve el Gobierno federal como mecanismo de control de precios (inflación).

De tal manera que, a pesar de la volatilidad de la economía y su impacto en la recaudación, debemos valorar en su justa dimensión el comportamiento de los ingresos tributarios, ya que la caída de éstos no trastocó los recursos que los gobiernos locales recibimos a través del Fondo General de Participaciones (FGP) y el Fondo de Fomento Municipal (FFM): durante febrero de 2022 los recursos crecieron 12 por ciento en términos reales comparados con el mismo mes del año 2021.

Este año se estima que los municipios reciban a través del FFM un monto de 37 mil 289.8 millones de pesos que, comparado con el año anterior, representa un crecimiento de 5.6 por ciento en términos reales. Durante el primer bimestre del año, los municipios han recibido el 21.3 por ciento (7 mil 973 millones de pesos) de los recursos programados.

Los ingresos que perciben los estados y municipios del país a través de las participaciones son de gran relevancia porque representan el 45 por ciento de los ingresos que perciben durante un ejercicio fiscal y porque de ello depende en gran medida su gasto público local.

Habrá que esperar a los resultados de la recaudación estimada para finales del 2022, pero sin duda, el inicio del año presupuestario es un faro de guía para que los gobiernos municipales planeemos nuestro gasto en inversión con el objetivo de construir Buen Gobierno, impulsando el desarrollo en el orden local y un mayor bienestar en todos y cada uno de los ciudadanos sin comprometer nuestras finanzas públicas.

El reto que nos plantea la volatilidad y limitación de los recursos públicos es que los funcionarios públicos utilicemos las herramientas financieras como un mecanismo de soluciones presupuestarias y no como método que compromete el futuro de los ciudadanos.

En suma, el reto es que comencemos a ver a la ciudadanía como “personas humanas reales y no como masas indiferenciadas” agrupadas en nuestros municipios.

 

Leonardo Montañez Castro es Presidente Municipal de Aguascalientes, Aguascalientes.

Twitter: @LeoMontanezC

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