Principios, Pilares y Proyecciones

Junio 2023

Javier Brown César

La Nación

El PAN es el único partido político que tiene como documentos básicos principios de doctrina. La clarificación puntual de cuáles son los principios y cuáles son los enunciados derivados ha sido el resultado de largos años de reflexión, crítica y debate. Acción Nacional cuenta hoy con cuatro documentos doctrinarios fundamentales: los Principios de Doctrina de 1939, las Proyecciones de Principios de Doctrina de 1965 y 2002 y los Pilares del Humanismo.

El análisis sobrio y objetivo de los documentos doctrinarios nos ha permitido dilucidar tres niveles en la estructura lógica que ordena el pensamiento e inspira las decisiones en el Partido: el nivel doctrinario puro, en donde encontramos afirmaciones que son postulados básicos y permanentes; el nivel de la proyección de la doctrina, que consiste en la iluminación de una realidad determinada a partir de la doctrina; el nivel ideológico, que es propio de los programas y las plataformas políticas.

La doctrina, en estado puro, la encontramos dispersa en los documentos de Principios y de Proyecciones, y concentrada en los llamados pilares del humanismo. Las proyecciones, siguiendo una metáfora cinematográfica, consisten en la actualización de las respuestas partidistas a temas y problemas emergentes a la luz de la doctrina; es como si se usara una película original pasada por el tamiz de las nuevas tecnologías: cambian la pantalla, el sonido y el proyector, pero la película es la misma. Así, las proyecciones arrojan luz sobre realidades emergentes como la bioética, la tecnología o la globalización.

En el nivel inferior encontramos la ideología, distintivo de los demás partidos políticos, que en el caso de Acción Nacional, se encuentra en programas y plataformas que ofrecen respuestas concretas a una coyuntura determinada, situada históricamente, y por ende, variable.

La idea de principio es de viejo cuño: los griegos presocráticos buscaron el primer principio de la realidad (el arché) que es el fundamento de todo. Algunos lo encontraron en el aire, otros en el mar, otros en los cuatro elementos y otros en lo indeterminado. Fue Aristóteles de Estagira quien definió con claridad qué debemos entender por principio.

Citemos el libro V de la célebre y mal llamada Metafísica aristotélica. Principio se dice, en primer lugar, al punto desde el cual uno puede comenzar a moverse; el principio es así inicio, comienzo del dinamismo, como cuando decimos que hay que caminar desde el principio de una avenida para visitar algo o a alguien. Principio se dice, en segundo lugar, del punto desde donde cada cosa puede hacerse del mejor modo, como sucede con el proceso de enseñanza-aprendizaje donde al principio hay que comenzar de lo más conocido para nosotros, para llegar a lo menos conocido por nosotros.

Principio se dice, en tercer lugar, de aquello desde lo cual, siendo intrínseco a alguna cosa determinada, ésta comienza a hacerse, por ejemplo, los cimientos son la base sobre la cual se monta una estructura. Principio, se dice en cuarto lugar, de aquello desde lo cual, sin ser intrínseco a alguna cosa, ésta comienza a hacerse y desde donde inician de forma natural tanto el movimiento como el cambio, así, el hijo se da desde el padre. Principio es, en quinto lugar, aquello según cuyo designio se mueven las cosas que se mueven y cambian las que cambian, así como la arquitectura es el principio a partir del cual se hacen las edificaciones.

Para el PAN, los principios imperan en el orden del ser, son la carta constitutiva, el DNA del Partido; imperan también en el orden del pensamiento, al establecer las reglas a partir de las cuales se dan las deliberaciones y se toman las decisiones; finalmente, imperan en el orden del actuar, que es donde tienen su expresión máxima y se reflejan en el ideal de personas con principios: íntegras, congruentes y confiables.

El núcleo absoluto de los principios está en los llamados pilares del humanismo. El pilar es el elemento a partir del cual se construyen las grandes estructuras, es la base de un plan arquitectónico. Los pilares del humanismo expresan supremas perfecciones: la persona representa el culmen de la vida espiritual, lo más acabado y perfecto en el orden natural; la solidaridad expresa la perfección del amor social; la subsidiariedad ordena las comunidades bajo una dinámica de mutuas libertades, sin interferencias indebidas ni sustituciones humillantes; el bien común expresa el supremo ideal de la comunidad política, su perfecta integración a partir de un orden justo que genera bien para todas y todos por igual.

De ahí que la democracia, durante largo tiempo pensada como pilar, no lo pueda ser. Porque la democracia, además de ser un régimen histórico, puede ser superada por algún otro régimen. Así, Robert Dahl postuló que la democracia es un sistema perfectible y que el régimen óptimo, retomando el concepto de Johannes Althusius, es la poliarquía, en la que se dan un máximo de representación y de debate público.

Retomando el principio de doctrina número 1, Nación, encontramos enunciados doctrinarios, pero también otro tipo de enunciados. El apartado inicia con una definición: “La Nación es una realidad viva, con tradición propia, varias veces secular, con unidad que supera toda división en parcialidades, clases o grupos, y con un claro destino”. A continuación, se esboza el principio de preeminencia del interés nacional, objetivo inicial de los Estatutos de 1939: “El interés nacional es preeminente; todos los intereses parciales derivan de él o en él concurren”. También se establece un postulado base de la solidaridad: “No pueden perfeccionarse los valores humanos si se agota o decae la colectividad, ni ésta puede vivir si se niegan los valores personales”. A continuación, siguen enunciados derivados, de naturaleza programática. De forma similar, el análisis de cada principio y de los documentos de las proyecciones arroja resultados análogos.

Después de décadas de esfuerzos, el PAN tiene ya gran claridad sobre el núcleo de su doctrina, y de forma tajante, en las deliberaciones que tuvimos en el círculo inicial para la proyección de 2012 llegamos a la conclusión del carácter fundamental del respeto y reconocimiento a la dignidad de la persona humana. De ahí que persona, antes que un pilar equiparable a los demás, sea un auténtico cimiento. Si el PAN deja de lado su concepción de la persona humana como ser con cuerpo material y alma espiritual, con dignidad intrínseca y derechos que deben ser reconocidos, dejaría de ser lo que es para ser como cualquier otro partido. Es la persona el sujeto y destinatario final de toda acción política y es la persona la base y razón de ser del PAN, único partido que abraza y ama a la persona humana.

 

La nación