Cumbre de Norteamérica

Enero 2023

Julio Faesler Carlisle

La Nación

No se esperaría que un gobierno de izquierda, como el que presume ser el del presidente López Obrador, diera tanto apoyo a una agenda tan empresarial.

A medida que nuestro país se hace más norteamericano podría sentir la necesidad de afirmar su personalidad histórica y tomar en cuenta sus variadas raíces hispanoamericanas. El PAN, nacido en el crisol hispanoamericano, lo tiene en cuenta y sabe que la personalidad nacional no es cuestión ideológica. Pero a medida que ha aumentado la población mundial, y dentro de ella la nuestra, se han definido más, en lugar de asimilarse, las prioridades nacionales. Distribuidos en cinco continentes, cada uno siguiendo los patrones y maneras de vida conforme a culturas heredadas, está resultando más difícil actuar conforme a propósitos comunes.

Los tres países que compartimos el continente norteamericano remamos a contracorriente. La reunión Cumbre de los presidentes de México, Canadá y Estados Unidos lo confirmó. Más que una aglutinación sociocultural, sólo se trató de afinar ciertos puntos de estrategia económica de la región.

El panorama podrá verse desde el ángulo económico y financiero. Para México, la pobreza, la desigualdad y la extendida corrupción y criminalidad que las acompañan son la prioridad superior para cualquier gobierno 2024-30 en fase de preparación.

A este efecto, Andrés Manuel López Obrador reclamó en su discurso inaugural el “olvido, abandono y desdén” de Washington hacia Latinoamérica y El Caribe, y reprochó la falta de inversión de Estados Unidos para ayudar a todos los países latinoamericanos, diciendo que desde los10 mil millones de dólares de la “Alianza para el Progreso” en los años 60´s, de John F. Kennedy, no se volvió a ayudar desde la Casa Blanca a los países latinoamericanos. López Obrador propuso a Biden impulsar una “nueva política de integración económica y social” para el continente americano llamando al “humanismo” la visión estadunidense.

La respuesta de Biden ante las acusaciones hacia su gobierno fue de incomodidad: “…en los últimos 15 años hemos gastado decenas de miles de millones de dólares en el hemisferio, pero lo que debemos hacer es algo que usted ha hecho, que es seguir construyendo instituciones democráticas (sic) en el hemisferio”. El presidente definió sus prioridades: profundizar la integración continental fortaleciendo cadenas de suministro para ser más competitivos, aumentar la seguridad compartida y acción contra la plaga del fentanilo, que ya mató a 100 mil estadunidenses.

Camino -de una hora- al Hotel Presidente Chapultepec desde el AIFA, Biden le explicó a López Obrador las maravillas de su famosa limusina mientras listaba los temas que más le importan: migración, narcotráfico y cadenas de chips.

Pero por debajo de la agenda formal anidaba el México humillado que no sana, que no se apaga. Una mirada desapasionada podría explicar que, desde su nacimiento en 1776, las políticas de Estados Unidos expresarán su más profunda convicción en su “destino manifiesto” de asegurar preeminencia en el continente americano como faro de la democracia liberal, factor integral que sostiene su predominio económico y político. El atropello de la provocada guerra con que Estados Unidos arrancó la mal protegida mitad del territorio heredado de la nueva España perdura en la memoria colectiva nacional y afloró en el reclamo histórico de López Obrador.

Viejas cuentas van cediendo paso en esta época de cambios en todo el mundo. La población que pasó de 8 mil millones ya no cabe en los moldes de hace 50 años. Países de tradición intentan soluciones a demandas de poblaciones insatisfechas que emigran y no hallan nicho. Se modifican parangones de cómo ver y aceptar nuevas metas, rumbos, retos.

En nuestra América persisten revoluciones anquilosadas, como en Venezuela, Nicaragua o Cuba, al lado de gobernantes populistas que se ostentan de izquierda. En México, el presidente, instintivamente antinorteamericano, tiene que romper su cliché e invita a la inversión extranjera que detesta. Impera por necesidad el pragmatismo. Hace tiempo que Estados Unidos no se basta a sí mismo, requiere inmigrantes calificados, busca cadenas regionales de suministro, revisa estructuras económicas y comerciales, y sabe que el proyecto regional T-MEC le es vital para defenderse de su pujante rival chino. En la sesión final de la reunión se anunciaría la creación de un organismo para sustituir importaciones.

El Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, alargó en un día su visita, seguramente para atender los intereses mineros de las compañías canadienses establecidas en México.

Las intervenciones de las señoras Biden y López Obrador en la ceremonia inaugural en Palacio Nacional fueron muy oportunas. La visión humanista, por encima de ideologías, en donde la función actual y futura de la familia es el respaldo imprescindible a las ambiciosas proyecciones que luego acordarían sus maridos en esta Décima Cumbre de Norteamérica.

 

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