Guatemala

Julio 2023

Julio Faesler Carlisle

La Nación

Guatemala, nuestro vecino más próximo al sur, está sufriendo hoy día los rigores del cambio consistente en dejar atrás un régimen personalista y despótico, para intentar recobrar sus libertades políticas.

Los problemas en este país brotaron en el momento en que el gobierno de Alejandro Giammattei decidió desconocer los resultados de la primera ronda electoral realizada en el pasado 20 de junio y negarle a Juan José Arévalo, quien no había pasado el 50 por ciento requerido, ni tampoco la candidata Torres, la posibilidad de contender en la segunda ronda el próximo 20 de agosto.

La historia es larga. El otoño de la democracia que había barrido a varios países desde Túnez y Egipto, modernizando sistemas sociopolíticos para atender las necesidades populares, no había pasado más que fugazmente por Guatemala desde la administración de Juan José Arévalo Bermejo, presidente de Guatemala de 1951 a 1954, el primer mandatario electo democráticamente tras la llamada “Revolución de octubre” de 1944. Arévalo Bermejo es considerado el mejor presidente de Guatemala de los tiempos modernos.

Hoy, su hijo, Bernardo Arévalo, es candidato a la presidencia. Nació en Uruguay durante el largo exilio político de su padre. Fue miembro de la directiva y presidente del Centro de Investigaciones Regionales de Centroamérica (CIRMA). En 1999 ingresó a Interpeace como asesor para la reconciliación de conflictos internacionales en África, Asia y América Latina. Fue embajador en varios países y posee distintos títulos académicos y un doctorado.

En medio de las manifestaciones que se dieron en su país en 2015, Arévalo juntó a varios intelectuales para formar un grupo que después se convirtió en el partido político Movimiento Semilla, que compitió por primera vez en las elecciones generales de 2019, en donde fue electo diputado del Congreso. Más tarde fue designado secretario general de su partido.

Acompañado de la química bióloga Karen Herrera, Arévalo fue candidato presidencial para la próxima administración y contra todos los pronósticos, en las primarias de junio de este año, obtuvo el segundo lugar, con menos del 50 por ciento de los votos en las elecciones del 25 de junio de este año. El mismo día que se confirmó el paso a la segunda vuelta, la Fiscalía de la República, como órgano del Ministerio Público, pidió a los jueces excluir a Arévalo del proceso electoral, sacándolo automáticamente del proceso electoral. Un juzgado atendió la petición y suspendió la personalidad jurídica del partido, otorgándole un plazo de 24 horas para cumplir con la suspensión. Se alegaba la afiliación fraudulenta al partido de al menos 12 personas fallecidas que estaban inscritas en el padrón electoral de Semilla. Siguió una redada ordenada por la Fiscalía en las dependencias del Tribunal Electoral para confiscar los expedientes relativos al dicho partido. El candidato Arévalo declaró: “lo que estamos viendo es un Ministerio Público, a una Fiscalía liderada por un fiscal famosamente corrupto, que está usando a un juzgado que le ha servido anteriormente para hacer este tipo de artimañas, patentemente inconstitucionales”. En efecto, el artículo 92 de la Ley Electoral de los partidos políticos indica expresamente que no se puede suspender a un partido político durante un proceso electoral.

El partido Semilla interpuso con éxito un recurso de amparo ante la Corte de Constitucionalidad de Guatemala, con lo que Semilla quedó protegido hasta la resolución definitiva de la orden judicial que suspendió su personalidad jurídica. Está en suspenso, por lo tanto, la participación de Semilla durante la segunda vuelta que será el 20 de agosto próximo.

Continúa, así, la crisis política que se vive en Guatemala definida como “golpe de Estado técnico”. La ONU, la Unión Europea, el Reino Unido, Estados Unidos y la OEA han alertado de los riesgos que todo esto entraña para la ya cuestionada democracia guatemalteca. La presión de las fuerzas democráticas, aún aquellos que no son afines al partido de Arévalo, reveló el rechazo de la maniobra de Giammattei. La Cámara que agrupa a los empresarios, aún identificada como parte del “establishment”, así como la Conferencia Episcopal, y al igual que la juventud universitaria, se pronunciaron en contra del “golpe de Estado técnico”. Hasta Sandra Torres, la opositora de Arévalo, suspendió su campaña en solidaridad con el partido Semilla.

México tiene una nueva oportunidad para acompañar a la pujante región centroamericana en su constante lucha por democratizar y fortalecer su desarrollo económico y social. Nosotros, en el PAN, no debemos olvidar nuestra entrañable relación histórica con esa región.

 

Julio Faesler Carlisle es integrante del Consejo de Plumas Azules.

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