La Iglesia pide la palabra

Abril 2024

Fernando Rodríguez Doval

La Nación

En el marco del actual proceso electoral, la Iglesia católica está jugando un papel cada vez más relevante. Hace unos días se llevó a cabo la CXVI Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), espacio que agrupa a todos los obispos católicos del país. Como parte de sus actividades, recibieron a los tres candidatos a la Presidencia de la República: Xóchitl Gálvez, Claudia Sheinbaum y Jorge Álvarez Máynez, con quienes sostuvieron un diálogo acerca de su visión de país y las principales propuestas de sus campañas.

Semanas atrás, la CEM emitió un documento titulado “Diálogo Nacional por la Paz”, en donde se establecen diversas líneas de acción para superar la situación de violencia que se vive en México y poder construir una agenda que reafirme el valor de la vida, la dignidad humana, la fraternidad y la casa común. En la elaboración de este documento participaron miles de personas de todas las regiones del país. Tanto Xóchitl Gálvez como Jorge Álvarez Máynez hicieron suyo en sus términos este documento, que incluye un diagnóstico realista sobre la difícil situación que vive el país. Claudia Sheinbaum, en cambio, se mostró contraria al tono, según ella, pesimista del documento, y le incluyó una adenda donde describe una situación nacional idílica que solamente existe en la cabeza de los propagandistas del gobierno.

Durante el mes de febrero, tanto Xóchitl Gálvez como Claudia Sheinbaum, fueron al Vaticano a reunirse con el Papa Francisco. No deja de llamar la atención que ambas políticas hayan dado toda la prioridad a esta visita, en especial, cuando en algunos medios políticos se ha pretendido minimizar el papel e impacto actual de la Iglesia católica en México.

Xóchitl Gálvez siempre se ha reconocido como católica y enfatizó que este encuentro con el Papa fue de carácter espiritual. Sorprendió que Claudia Sheinbaum le haya pedido al Papa una bendición, toda vez que ella ha afirmado públicamente, en ejercicio de su derecho a la libertad de conciencia, que no profesa ninguna religión.

En paralelo a lo anterior, el Episcopado mexicano ha anunciado campañas para promover la participación electoral de todos los ciudadanos.

Los problemas de México no pueden reducirse únicamente al plano político o económico. La crisis de México es más profunda y tiene sus orígenes en un desprecio absoluto por la dignidad humana. Sólo así se explican los niveles de violencia que vivimos, la corrupción que padecemos, las desigualdades imperantes y la polarización política.

Estamos viendo a una Iglesia proactiva y propositiva. Una Iglesia que defiende su derecho a participar en el espacio público en un ánimo de aportar ideas que puedan ayudar a superar la dramática situación social que vive el país.

Una Iglesia que alza la mano, que pide la palabra, que ha entendido a la perfección que las religiones tienen una función relevante en la formación de virtudes cívicas y en el fortalecimiento del tejido social y, por lo tanto, son una oportunidad y no una amenaza para un sistema democrático.

En eso consiste precisamente la laicidad positiva: permitir o incluso promover el intercambio fructífero entre las diferentes cosmovisiones, a fin de encontrar puntos en común que ayuden a una sociedad a desarrollarse más integralmente.

 

Fernando Rodríguez Doval es Secretario de Estudios y Análisis Estratégico del CEN del PAN.

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