Meméxico lindo y…

Diciembre 2021

Sergio Rodríguez Colín

La Nación

El tercer desinforme de gobierno subió de nuevo al ring electoral al presidente López Obrador (ya se vislumbra el 2022 y la renovación de seis gubernaturas). Como pez en el agua, el tabasqueño se presentó ante los suyos, quienes como serpientes encantadas vitoreaban cada una de las mentiras, que fueron decenas, que profirió desde su plaza: el Zócalo capitalino.

Como si fuera una estrella de rock, el presidente volvió a lo suyo: hacer campaña, pero se le olvida que desde hace tres años es el Jefe del Ejecutivo, el Primer Mandatario de este país y que sus obligaciones son favorecer a todas las familias mexicanas y no sólo a aquellos que lo siguen con fe ciega, sin importar lo mal que le va a México.

El tabasqueño vive en su mundo llamado “Pejelandia”, un mundo donde todo es bueno y él es el Dios que todo lo puede, tan es bueno lo que pasa en su mundo que se atrevió a exigir el ejercicio democrático de la revocación de mandato, sin decirle a su “pueblo bueno” que él y su partido Morena le negaron el presupuesto al Instituto Nacional Electoral para llevar a cabo esta consulta.

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Lo que realmente le importa a López Obrador es aparecer de nuevo en una boleta, que la gente le siga ratificando su popularidad, esa que raya en el 58 por ciento de aprobación y que por cierto también tuvieron Ernesto Zedillo y Vicente Fox. Eso es lo que realmente le importa al oriundo de Macuspana.

A un lado quedan los 3.8 millones de pobres que su gobierno ha generado, de acuerdo con datos del CONEVAL de 2018 a 2020; su frase “primero los pobres” es una falacia, pues si a alguien afectaron sus malas decisiones económicas fue precisamente a ellos, a quienes menos tienen y a quienes no tienen nada.

A un lado también quedaron los 106 mil 532 homicidios dolosos que se han perpetrado en sus 36 meses de gobierno, cifra muy superior a los cometidos, en ese mismo periodo, durante los sexenios de Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón, Vicente Fox y Ernesto Zedillo. Además, su política de “abrazos y no balazos” ha dejado más de 3 mil feminicidios.

Pero que importa el número de muertos y la inseguridad que impera en el país cuando nuestra principal fuerza armada, el Ejército Nacional, se ha convertido en el principal proveedor y constructor de las obras insignia de este gobierno morenista. En su informe, el tabasqueño dice que son pueblo, que no son de elite, pero roban y transan como si lo fueran o peor. Para ejemplo ahí está el Aeropuerto Felipe Ángeles y el “decretazo”.

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