Meméxico lindo y…

Diciembre 2023

Sergio Rodríguez Colín

La Nación

En los más de cinco años del gobierno de López Obrador hemos podido distinguir una administración que basa su ideología y política pública en las mentiras y en la corrupción, pero lo que más hemos percibido es a un presidente que cada día está más solo, pues hasta sus propias huestes lo han abandonado ante lo errática que ha resultado su presidencia.

El presidente está completamente solo y encerrado en Palacio Nacional, además de atemorizado ante la reacción desprendida de la gente que clama justicia para los suyos, ya sean madres buscadoras de sus hijos o hijas desaparecidas, familiares de periodistas asesinados, ciudadanos y ciudadanos víctimas de la inseguridad, o padres de niños enfermos que reclaman medicamentos, etcétera.

López Obrador tiene miedo de hacer frente a las y los mexicanos que se sienten defraudados por el pésimo gobierno federal morenista, que se sienten engañados por las promesas incumplidas y, lo que es peor, que sienten que les tomaron el pelo con la llamada “cuarta transformación”, que sólo ha generado odio entre los mexicanos, amén de que cada día produce más pobres.

El ejemplo más reciente de este pánico lópezobradorista ocurrió el pasado 26 de noviembre cuando el tabasqueño, sin explicación y sólo acusaciones sin fundamento, decidió no asistir a la inauguración del CRIT en Tlapa, Guerrero, ante la manifestación que maestros organizaron a las afueras de este centro de rehabilitación para demandar un diálogo con el jefe del Ejecutivo

Docentes e integrantes de la Coordinación Estatal de Trabajadores de la Educación fueron calificados por el tabasqueño como provocadores, cuando éstos sólo solicitaban una reunión con el presidente para entregarle un pliego petitorio, en donde demandaban mesas de diálogo con Luisa María Alcalde y Evelyn Salgado, secretaria de Gobernación y gobernadora de Guerrero, respectivamente.

“No pudimos asistir a la inauguración del centro de rehabilitación porque un grupo de maestros estaban en actitud de provocación y en busca de conflicto, de pura casualidad, con todos los medios de manipulación, incluido el inmundo pasquín del Reforma”, (des) informó en su red social X el tabasqueño.

La redacción de este tuit resume lo que han sido estos últimos cinco años para México, pero, sobre todo, los últimos meses de la presidencia de López Obrador: manejo cínico de la posverdad, entendido el concepto tal y como lo define la Real Academia Española de la Lengua: distorsión deliberada de una realidad, manipulando creencias y emociones con el objetivo de influir en la opinión pública y en las actitudes sociales. Lo reiteramos, no es lo mismo ser borracho que cantinero.