India

Marzo 2024

Julio Faesler Carlisle

La Nación

La inauguración hace unos días del grandioso templo consagrado al dios Ram en Ayodhya, una ciudad al norte de la India, fundada en el siglo IV de nuestra era, tuvo un muy especial significado para la India y repercusión internacional. En dicha ciudad, centro de peregrinaciones, convivían tanto hindúes como musulmanes. La mezquita Babri, construida en 1528, ocupaba el terreno donde hacía muchos siglos había un templo dedicado al dios Ram. En 1992 turbas hindúes destruyeron la mezquita alegando que había sido construida por los invasores musulmanes sobre las ruinas de aquel antiguo templo hindú. Siguieron interminables disturbios, incluyendo masacres que costaron cientos de muertos de ambas partes.

El primer ministro Narendra Modi, electo en el 2005, se comprometió a resarcir el honor de los hindúes que forman el 80 por ciento de la población y prometió construir un nuevo y grandioso templo en el terreno que ocupaba la antigua mezquita, dejando a miembros de otras religiones con calidad de ciudadanos de segunda. También se comprometió a construir un centro para albergar a los miles de peregrinos que cada año acuden a rezar a su dios.

La fastuosa inauguración del nuevo templo dedicado a Ram se realiza a poco tiempo de celebrarse elecciones, en abril y mayo, en las que el partido BJP (Partido Bharatiya Janata) en el poder tiene fuertes posibilidades de ganar un tercer periodo para Modi, extendido hasta 2030.

El gobierno del Primer Ministro Modi está transformando la ciudad de Ayodhya, ubicada en las orillas del Río Saryu, afluente del Ganges, transformándola en una ciudad de alto nivel internacional. Se construyó una ruta religiosa con 162 murales que representan la vida de Ram con una isla artificial en el río Saryu que describe la civilización védica.

El templo, con sus construcciones de cantera rosada y granito negro, abarca una superficie de 13 mil metros cuadrados cubiertos, lo cual lo convierte en “el Vaticano de Asia”, como lo declamó el Ministro de Defensa al decir que tras pasar años enteros bajo una humilde carpa, el dios Ram por fin recobraba su trascendencia histórica con una imponente estatua de mármol de más de 250 metros de alto, siendo la estatua más alta del mundo (181 metros es la altura de la Torre Latinoamericana en México). El costo total del nuevo templo a Ram es de 225 millones de dólares cubierto con donaciones.

Narendra Modi ha encabezado al BJP y derrotado al histórico Partido del Congreso que negoció la independencia de la India en 1948, que tras una exitosa gestión como primer ministro de Gujarat se ha dedicado con su política de Hindutva a consagrar a la India como país totalmente hindú, basado en que el 80 por ciento de la población sigue esta religión. Los musulmanes, cristianos, sikhs y budistas buscan problemático acomodo en una sociedad de docenas de lenguas y culturas.

Este 2024, México e India realizarán elecciones generales en fechas casi simultáneas. Modi buscará su tercer periodo al frente del gobierno parlamentario y la población más grande del mundo de 1.3 mil millones. En México, el presidente López Obrador pretenderá transformar al país a su propio modelo fuertemente personalista. Tanto Hintudva como la 4T tienen objetivos análogos: el de realizar en sus países sus anhelos de una sociedad perfecta. Sus decisiones no tienen limite.

La nación