La importancia de la perspectiva de género en la construcción del Presupuesto de Egresos

Septiembre 2022

Lorena Alfaro García

La Nación

De manera general, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) contiene los montos estimados que serán utilizados durante un ejercicio fiscal y con el que se busca dar cumplimiento a las responsabilidades que tiene cada instancia u organismo del Gobierno federal, estatal o municipal, y con el que se busca dar atención a las demandas de la sociedad.

Este último tema, en la actualidad, tiene un peso específico y es donde puntualizo, ya que como hemos podido comprobar nuestras comunidades no son estáticas y demandan lo que en su constante evolución consideran relevante.

La búsqueda por erradicar los diferentes tipos de violencia contra la mujer es una demanda permanente y obligatoria que requiere ser atendida sin excepción por parte de los tres órdenes de gobierno.

Una visión más amplia de la situación nos la brinda el anexo 13 del PEF “Erogaciones para la Igualdad entre Mujeres y Hombres”, cuya asignación presupuestaria en 2022 tiene la particularidad de concentrar recursos en pocos programas: ocho programas representan el 83 por ciento del total del recurso aprobado, señalados por algunos expertos como los “emblemas” de la actual administración federal. Estos son:

  • Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores (127 mil millones de pesos).
  • Programa de Becas de Educación Básica para el Bienestar Benito Juárez (26 mil millones de pesos).
  • Beca Universal para Estudiantes de Educación Media Superior Benito Juárez (17 mil millones de pesos).
  • Trabajo y Previsión Social Jóvenes Construyendo el Futuro (10 mil millones de pesos).
  • Bienestar Sembrando Vida (9 mil millones de pesos).
  • Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología Becas de posgrado y apoyos a la calidad (5 mil millones de pesos).
  • Educación Pública Jóvenes Escribiendo el Futuro (5 mil millones de pesos).
  • Agricultura y Desarrollo Rural Producción para el Bienestar (4 mil millones de pesos).

Como podemos observar, se trata de programas sociales que, si bien están dirigidos a las mujeres y los hombres, no son programas que en específico atiendan y prevengan las situaciones de violencia contra la mujer o establezcan como objetivo principal la equidad entre géneros, aunado a esto, los programas antes mencionados han sido señalados también por su opacidad en la aplicación de las reglas de operación y en la comprobación de resultados.

Sobre esta misma línea, otras acciones que repercuten de manera directa en las mujeres han sido dejadas en segundo término. Por ejemplo, la Red Nacional de Refugios ha denunciado que por casi cuatro meses (hasta abril de 2022) se ha operado sin presupuesto y ha declarado que durante años el Gobierno federal actual ha retrasado la entrega del presupuesto etiquetado para esta área, con lo cual se entorpecen los apoyos que estos centros ofrecen (seguridad a las víctimas, acompañamiento, atención psicológica, alimentación, salud, etcétera.) aun cuando actualmente se atiende a un 14 por ciento más de mujeres que en 2021 (alrededor de 10 mil 31 victimas). Con este breve contexto, confirmamos la importancia de formular un presupuesto pensado en pro de las necesidades de un sector tan grande en la población y que, de manera lamentable, sigue siendo vulnerado.

Vale la pena recalcar también que la violencia de género tiene rostros y expresiones muy diversas que se pueden presentar de manera económica, psicológica, emocional, sexual, y en cada ámbito donde se desenvuelvan niñas y mujeres dentro o fuera del espacio público, siendo la expresión más transgresora y extrema la del feminicidio. Al respecto, desde 2018 las cifras de este delito se han incrementado anualmente; el 2021 hasta ahora ha sido el año más violento para las mujeres, faltará comprobar a principios de 2023 si el año que corre supera estos números.

 

 

Fuente: Elaboración propia con información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, 2022.

La gráfica anterior nos permite observar la decadencia del sistema ¿de qué sistema hablamos? en general, ya que la violencia siempre es el lado extremo que refleja todas las desigualdades en nuestras células sociales y la violencia que culmina en homicidio/feminicidio no habla más que de un gobierno que falta a sus responsabilidades constitucionales y de instituciones que necesitan mayor autonomía para ser tomados en cuenta en el presupuesto y las decisiones, y para que tengan libertad para actuar.

A pesar de que aún falta un gran camino por recorrer, desde los municipios nos encontramos en la constante tarea de buscar y formular herramientas que puedan atender esta exigencia de manera directa y con la eficiencia y eficacia necesaria. Desde Irapuato, por ejemplo, estamos trabajando para establecer de manera permanente la perspectiva de género en todas las funciones del gobierno municipal, reforzando más que nunca los canales de comunicación con el orden estatal, lo cual nos permite trabajar sobre tres ejes principales:

  1. Igualdad para mujeres y hombres.
  2. Acceso a una vida libre de violencia.
  3. Transversalización e institucionalización de la perspectiva de género.

 

Lo que buscamos es que las mujeres tengan un ejercicio pleno de todos sus derechos, tomando como uno de los estandartes de este gobierno la promoción de la mujer en los diferentes ámbitos en los que participe, empoderándolas e impulsándolas para ir ganando cada vez más espacios. Reiteramos el compromiso de los gobiernos locales humanistas: mantenernos cercanos, accesibles y con las puertas abiertas para el diálogo, sólo escuchando las necesidades reales de nuestras comunidades lograremos generar cambios con impacto y de permanencia, sobre todo, en temas tan relevantes como la calidad de vida y la vida misma de nuestras ciudadanas.

Para el próximo presupuesto, las diputadas y los diputados tienen en sus manos la oportunidad, en este momento, de velar por un cambio para las mujeres mexicanas, sobre todo, para aquellas que siguen inmersas en una situación de vulnerabilidad.

La elaboración y aprobación de un presupuesto con perspectiva de género va mucho más allá de un tema monetario, ya que implica una fuerte referencia al Federalismo, en la participación de cada orden de gobierno y una intrínseca protección de los derechos humanos.

Dejar a las mujeres fuera de los programas de bienestar y del eje de igualdad también representa un tipo de violencia que no podemos permitir que se siga presentando, otorgar apoyos directos a las mujeres no representa una estrategia eficiente, sino que demuestra un desconocimiento de exigencias reales de esta población. En mi gobierno y todos los gobiernos humanistas, estamos convencidos de que el PEF 2023 es una gran oportunidad para que se establezcan, por un lado, la participación de los gobiernos locales en la atención a temas específicos en pro de las mujeres y por otro, programas que garanticen su calidad de vida y no sólo eso, sino que busquen también otorgar a la mujer espacios de participación, apropiación de bienes y el pleno uso y protección de sus derechos. Por un 2030 con perspectiva de género.

 

Lorena Alfaro García es Presidenta Municipal de Irapuato, Guanajuato.

La nación