Meméxico lindo y…

Septiembre 2024

Sergio Rodríguez Colín

La Nación

Estamos a unos cuantos días del término del sexenio de López Obrador y de la asunción de Claudia Sheinbaum como la primera mujer presidenta de México, sin olvidar, que hace sólo unos días se instaló el nuevo Congreso de la Unión con la ilegal y deshonesta mayoría que tienen Morena y sus partidos satélites, por no decir sirvientes del aun primer mandatario tabasqueño.

Durante este mes hemos sido testigos de atropellos a la Constitución y a las leyes que de ella emanan, así como el inicio de la destrucción de nuestra incipiente democracia por parte del partido oficialista y sus lacayos al aprobar, con un total desconocimiento de la iniciativa presidencial, la reforma al Poder Judicial.

Pero vamos por pasos. El primer desplante de soberbia se presentó el 1 de septiembre cuando la todavía titular de la Secretaría de Gobernación, Luisa María Alcalde, entregó el último Informe de Gobierno del tabasqueño ante el nuevo Congreso de la Unión, pero en vez de actuar como una funcionaria que está al servicio de todos los mexicanos se convirtió en la principal porrista y alabadora del primer mandatario, a quien calificó como el mejor presidente que ha tenido México. Se le olvidó que aún no es presidenta de Morena, cargo al que llegará por instrucción del aún jefe del Ejecutivo.

El segundo descaro llegó la noche del martes 10 de septiembre cuando en el Senado de la República se aprobó la reforma al Poder Judicial, aprobación que llegó de forma por demás “gansteril” por parte del presidente y sus sirvientes partidos políticos, pues se amenazó con persecución política y financiera a algunos integrantes de la Cámara alta. Al grito de cárcel o voto, los Yunes terminaron por ceder su voto a dicha aprobación.

La tercera arrogancia se dio la noche del 15 de septiembre, pues al celebrar el grito de independencia, el presidente López Obrador en su arenga vociferó: ¡viva la cuarta transformación”, olvidándose por completo que él representa a todas y todos los mexicanos y no solamente a aquellos que votaron por su movimiento.

La culminación de esta altivez se dio la mañana del 16 de septiembre con la firma por parte de López Obrador del decreto de la reforma al Poder Judicial, en la que estuvo acompañada por la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum, quien sólo atinó a sonreír nerviosamente.

La nueva forma de hacer política por parte de Morena y el aún presidente no depara nada bueno para México. Hoy más que nunca la frase del tabasqueño: “estás conmigo o en mi contra” tiene una validez estremecedora, pero lo más preocupante es si la próxima presidenta será plenamente independiente o si al igual que todos sus lacayos cederá a la obediencia al gran patriarca. ¿Viene un nuevo Maximato?