Fundaciones panistas revividas

Agosto 2024

Salvador I. Reding Vidaña

La Nación

Un viejo principio dice que nadie es experto en todo, por más que lo sea en temas particulares. Y esto es especialmente importante en las tareas legislativas. En la preparación y estudio de iniciativas de ley, y en sus discusiones y voto en comisiones y plenos, cada nueva ley o reforma requiere una preparación lo más completa posible. Y el PAN en estos asuntos ha tenido grandes legisladores y muchos improvisados también, por más que puedan serlo de la mejor voluntad.

Durante muchos años, la labor legislativa de Acción Nacional ha dado muy buenos resultados para México, pero por su debilidad lamentablemente histórica de comunicación social, prácticamente ha pasado desapercibida ante el pueblo y ante la misma militancia.

Las aportaciones de cada fracción parlamentaria de Acción Nacional en las cámaras federales y locales deben ser las mejor estudiadas y reflexionadas posible. La improvisación o la superficialidad de argumentaciones y razones de voto son una grave falta que el PAN no puede permitirse. Especialmente importante es esto en los casos en que los grandes principios sociales del Partido se puedan ver afectados en las leyes a debatir y votar.

Para cada tema, en especial los de fondo constitucional, el PAN no puede quedarse corto en sus debates. Y en la próxima legislatura federal las iniciativas propuestas por el actual presidente afectan gravemente a la Constitución federal, y por tanto a muy largo plazo la vida institucional de México. Y los nuevos senadores y diputados de la Unión deben estar respaldados en su labor por personas dedicadas cien por ciento a su estudio, y a apoyarse en los mejores expertos constitucionalistas del país y en procesos legislativos.

Esto requiere que las tres fundaciones que tradicionalmente respaldaban las tareas legislativas y que por ahora tienen vida casi formal, pero carentes de personal y de presupuesto, sean reactivadas para estar preparando al Partido y a sus legisladores ya electos para debatir. Los argumentos de los legisladores del grupo morenista, abrumadoramente mayoritarios, seguirán, lo más probablemente, siendo superficiales y evasivos del fondo de cada tema, pues son indefendibles desde su idoneidad en favor del pueblo mexicano y sus instituciones.

Pero ante las farsas de debate de los legisladores súbditos del presidente (aunque ya se vaya), los legisladores panistas deben dar las mejores batallas posibles, con los mejores argumentos y no con uso de la tribuna para agredir e insultar a sus oponentes, como mucho se ha hecho y que no lleva más que a represalias morenistas, sino para apabullarlos en el debate, y si no logran cambiar las intenciones (que les son impuestas) de voto morenista, dejar ante el pueblo mexicano la mejor imagen de haber defendido sus derechos.

Durante muchos años, las fundaciones Miguel Estrada Iturbide y Humanismo Político, de los grupos parlamentarios panistas en ambas cámaras federales y la Fundación de Estudios Urbanos y Metropolitanos Adolfo Christlieb Ibarrola en la Asamblea Legislativa capitalina, habían asistido con mucho éxito a los senadores y diputados, pero fueron abandonadas y desmanteladas. En noviembre pasado, el presidente nacional del PAN, Marko Cortés, expresó la intención de fortalecer las fundaciones panistas. Ahora más que nunca deben ser revividas, apoyadas en presupuestos y medios de trabajo y con personal altamente capacitado, y también con el respaldo de expertos a los que se recurría y se debe volver a recurrir.

 

Coordinador del Consejo de Plumas Azules.

La nación