Marzo es un buen mes para recordar y reflexionar

Marzo 2023

María Elena Álvarez de Vicencio

La Nación

Llegó el mes de marzo, el cual, por sus múltiples conmemoraciones, es uno de los favoritos del año. Empieza la primavera, llegan las lluvias y los campos se cubren de flores, los días se alargan y las noches tardan en llegar. Vuelve a usarse la ropa guardada durante el invierno y nos rinde más el tiempo para trabajar.

En los grupos infantiles se celebra la llegada de la primavera con eventos en los que las niñas y los niños lucen sus mejores disfraces y presentan bailes y cantos que recordarán toda su vida, y que hacen las delicias de sus padres y familiares que los aplauden.

Para los adultos, la llegada de la primavera también es agradable, pues inician las labores del día sin tener que encender la luz eléctrica, el sol entra por las ventanas y pueden usar la ropa delgada que permanecía guardada.

La primavera es un tiempo que hay que disfrutar, despertarse con la luz de sol, gozar del ejercicio y del baño, desayunar con fruta fresca y comenzar las labores de cada día con el propósito de dar lo mejor de sí.

Una de las principales fechas que se conmemoran en este mes es el “Día de la Mujer”. Esta celebración tiene muy antiguos orígenes. Desde la Revolución Francesa las mujeres pedían “Libertad, Igualdad y Fraternidad”. Nueva Zelanda fue el primer país donde las mujeres pudieron votar en 1893.

En nuestro país, en 1916, se celebró el primer Congreso Femenino en Yucatán y en él se aprobó demandar el voto para las mujeres. Fue hasta 1947 cuando las mujeres mexicanas pudieron votar por primera vez, en las elecciones para elegir a sus gobiernos municipales. El 3 de julio de 1955 las leyes les dieron el derecho de elegir con su voto a sus diputados federales.

El 17 de octubre de 1953, el presidente Ruiz Cortines reconoció el derecho de las mujeres a desempeñar los cargos públicos.

Actualmente, las mujeres, en general, ya no tienen obstáculos para elegir y desempeñar la profesión que elijan, pero el mayor problema que existe es la gran desigualdad que envuelve a nuestra nación, tenemos a personas consideradas entre las más ricas del mundo y también entre las más pobres.

En esta desigualdad las mujeres son las más afectadas, la mayor pobreza y el analfabetismo están entre ellas. Las múltiples carencias como la falta de agua, de urbanización, de medios de transporte, de escuelas de clínicas de salud, les afecta en mayor medida a las mujeres que a los varones.

Cuando el alimento no es suficiente en una familia, las mujeres se privan de él para que lo reciban los niños y los varones adultos. Cuando los niños están enfermos se preocupan por atenderlos, pero ellas, en muchas ocasiones, descuidan su salud.

Las mujeres que, además de cumplir con todas las responsabilidades para dar atención a la familia, tienen un trabajo remunerado desempeñan dobles jornadas y su salud, en ocasiones, se afecta por falta de un descanso adecuado.

Este aspecto deberá ser atendido por la sociedad, por las familias y por las mismas mujeres. México requiere madres sanas, para que toda la familia se desarrolle plenamente y para ese fin deberán cooperar todos sus miembros, con una distribución equitativa de las responsabilidades entre todos.

Hay que recordar que vivimos en uno de los más bellos países y que contamos con muchos recursos naturales, que de nosotros depende aprovechar.

 

María Elena Álvarez de Vicencio es Directora del Centro de Estudios para la Mujer Blanca Magrassi y Consejera Nacional del PAN.

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