Volver la vista al presente y al futuro

Octubre 2021

Felipe de Jesús González Castañeda

La Nación

Al cierre de esta edición, este gobierno está por llegar a la mitad del sexenio y queda claro que la demagogia populista tampoco ha sido capaz de resolver algunos de los más importantes desafíos del país.

Hace 40 años eran los tiempos de “administrar la abundancia” petrolera. Por increíble que parezca, la cuestión sigue vigente. Hoy, el gobierno intenta recrear la presidencia imperial de López Portillo y se anuncia, otra vez, un final de sexenio desastroso.

Ya pasamos del régimen de partido hegemónico a la democracia, ya tuvimos una transición democrática y tres alternancias de gobierno, ya estamos de vuelta en el presidencialismo autoritario, pero seguimos sin resolver y seguimos sin avances contra la pobreza y la desigualdad.

Ya pasamos por la desincorporación de las empresas del Estado y otra vez regresamos a la creación de paraestatales que engañan a la gente, pero no resuelven los problemas de fondo.

A 40 años de distancia podemos decir que no supimos hacer lo que se tenía que hacer. En 1980 Corea del Sur o Singapur eran más pobres que México y hoy son potencias económicas. Esto demuestra que un gobierno no es solamente el voluntarismo de una persona por más que intenten hacernos creer que se gobierna con popularidad.

Hoy tenemos que pensar en un nuevo modelo político, un nuevo sistema, una nueva forma de hacer las cosas. Crear un nuevo régimen, un nuevo sistema político, es una tarea de todos. Entre todos, sociedad y partidos, tenemos que encontrar una salida para alcanzar una vida decente para todos los mexicanos.

Todos de alguna manera somos responsables del fracaso, incluidos los ciudadanos que han dejado los problemas en manos de los políticos. Si de verdad queremos una mejor sociedad, los ciudadanos tienen que estar dispuestos a desmontar las mentiras del poder. México requiere que la ciudadanía participe en los debates de manera informada y decidida. La participación de la sociedad es indispensable para contar con instituciones fuertes.

México empezó el siglo y el milenio con una transición democrática, pero no ha encontrado la manera de disminuir la pobreza y la desigualdad. Al contrario, la pobreza y la desigualdad crecen.

Es momento de construir un auténtico Estado de derecho. La certeza jurídica es fundamental para promover las inversiones y mantener la paz social. Nada crece en un clima de impunidad total. Donde no hay crecimiento económico no hay empleos.

Asegurar una educación de calidad en las escuelas públicas. México sufrirá un grave rezago si no estamos preparados para los cambios que traen consigo la automatización, la robotización y la digitalización.

Fortalecer al Estado, no al presidente. México requiere instituciones fuertes, poderes separados, contrapesos, rendición de cuentas y transparencia. Urge fortalecer a las organizaciones de la sociedad civil porque el gobierno no puede hacerlo todo.

Desarrollar el capital humano para que las empresas, el gobierno y los pequeños emprendedores puedan construir una economía muy competitiva. En el futuro, la competitividad será la clave y la clave de la competitividad es el capital humano.

Dejar de mirar a un pasado mítico y volver la vista al presente y al futuro. Pensar a largo plazo, con programas de formación de ingenierías y ciencias a largo plazo. Dejar atrás el pasado porque hoy ni los comunistas de Cuba defienden el monopolio del petróleo.

Desarrollar una política integral que permita “formalizar” a la economía informal, facilitando el acceso de sus integrantes a la salud pública y a las pensiones de retiro. El pago de impuestos y el cumplimiento fiscal deben compensarse con mejores servicios públicos.

Tenemos que abandonar la idea de un hombre providencial que resuelva los problemas. Tenemos que abandonar las fantasías y planear a largo plazo. Nuestro problema central es que todo se ha rehecho cada seis años. No hay metas de largo plazo. En México el largo plazo son seis años. En China, Corea o Singapur son 25, 50, 100 años.

Tenemos que superar la polarización y el envenenamiento de la arena política. La gravedad del momento que vive el país reclama un acuerdo nacional, incluyendo al partido oficial. Es urgente detener los efectos negativos de la crisis, como la pobreza alimentaria, la pobreza extrema, la migración y la paralización de las inversiones.

En este gobierno, los cárteles del narcotráfico duplicaron el territorio bajo su dominio, según autoridades de Estados Unidos. El gobierno duplicó la presencia de militares en las calles, fundamentalmente para frenar la migración centroamericana y realizar tareas que antes hacían los civiles, pero no combate al narco.

El presidente conduce la economía nacional hacia el colapso. No hay inversión pública. No hay creación de empleos y el salario se deteriora. El crimen organizado está compitiendo con el gobierno en algunas zonas del país. Hay que ver el descaro con el cual reparten despensas para hacer de la población más pobre su base social.

Acción Nacional está listo para encabezar una oposición fuerte y firme que piensa en México, que piensa en los hombres y las mujeres que hoy sufren por la violencia, por la falta de empleos, por malos servicios de salud.

Hoy por hoy, Acción Nacional es la fuerza política de oposición más importante del país, la que gobierna 48 millones de mexicanos, la segunda fuerza política representada en el Congreso, la que gobierna 13 capitales y a las ciudades más urbanas y las más pobladas del país.

Con esa fuerza vamos unidos para el 2024. Vamos a convocar a millones de mexicanas y mexicanos en torno a un proyecto que ponga a la persona en el centro de todas las políticas públicas, que en verdad resuelva el problema de la pobreza mediante la creación de empleos, mediante inversiones productivas.

Queremos que los jóvenes tengan esperanza de futuro, porque hoy en verdad lo que alcanzan a ver es una nube negra, no ven que su país les ofrezca las oportunidades de desarrollo necesarias. Así van las cosas a tres años de gobierno de López Obrador y al cierre de esta edición.

 

Felipe de Jesús González Castañeda es Secretario de Comunicación del CEN del PAN.

Twitter: @Felipe0465

La nación