Ataque a la democracia

El pasado 6 de junio, el coordinador de diputados de la bancada morenista, Ignacio Mier, anunció que en septiembre aprobarán las 20 propuestas de reformas a la Constitución que envió el presidente Andrés Manuel López Obrador en febrero pasado al Congreso.

Morena y sus aliados alcanzaron mayoría calificada en el Congreso, con lo que abre la puerta para aprobar el llamado Plan C.

El llamado Plan C se considera un atentado contra la democracia, dado el riesgo que existe en la centralización y concentración del poder económico, político y judicial. Este plan contempla un ataque directo a las instituciones autónomas, las cuales regresan al centralismo del estado, el mismo causa incertidumbre económica, generando nerviosismo en el mercado y el tipo de cambio de México.

Bajo la narrativa de la austeridad económica se pierde toda certeza económica centralizando órganos reguladores, tales como la Comisión Federal de Competencia Económica, la Comisión Nacional de Hidrocarburos y Comisión Reguladora de energía, entre otros.

Pero, además se retrocede un par de siglos de la historia democrática de nuestro país con la creación del Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC), el cual se considera que desempeñará un papel como la extinta Comisión Federal de Electores bajo la dependencia de la Secretaría de Gobernación, famosa por el gran fraude de 1988.

Esto implica poner en riesgo los principios rectores del Instituto Nacional Electoral de certeza, legalidad, imparcialidad, independencia, objetividad y máxima publicidad.

Otro golpe a la democracia se observa en el Poder Judicial, el cual pierde objetividad y profesionalismo al plantearse la elección directa, la justicia no debe dejarse en manos del escrutinio público.