Una líder entre dos mundos

Un relato inspirador de principio a fin sobre Rosario Marín, así podemos calificar a esta obra en la que ella misma nos narra cómo ha sido su camino personal y laboral, en el que queda claro que no hay más fronteras que las que uno se impone.

“Creo que tengo algo que ofrecer, en particular a los jóvenes inmigrantes, que muchas veces no se atreven a vivir el sueño americano”, se lee en la contraportada del libro, publicado por Aguilar con el sello Penguin Random House grupo editorial.

Y es que antes que funcionaria, alcaldesa, Tesorera de Estados Unidos o activista es esposa y madre de tres hijos. Una mujer exitosa que gracias a su perseverancia y fe ha logrado sus sueños, gracias también al apoyo y valores familiares.

De fácil lectura y escrito de forma dinámica, la autora nos engancha desde el principio en esta autobiografía dividida en tres partes: La familia, Una vida en la política y Palabras a las cuales apegarse, está última parte es donde da valiosos consejos que ella ha aprendido en su camino.

Nacida en Iztapalapa, Ciudad de México, en una familia humilde, pero con valores y una fe católica que permanecen en ella, le han ayudado a mantenerse como una persona íntegra con la conciencia tranquila y a la par exitosa. “Siempre he mencionado los dos regalos que me dieron mis padres: la ética laboral de mi padre era ilimitada y la fe de mi mamá siempre le dio esperanza a mi familia”, enfatiza.

Sin embargo, en su infancia no todo fue ideal, por el contrario, un hermano de su abuela abusó sexualmente de ella cuando tenía cinco años de edad, historia desgarradora que nos comparte tras muchos años de silencio absoluto para alertar, porque en la mayoría de los casos una persona de la familia o alguien muy cercano es quien abusa de la confianza de un niño, y con la intención también de ayudar para que nunca más un caso similar se vuelva a repetir.

“Millones, como yo, somos la prueba de que la adversidad prematura, de cualquier forma, puede ser vencida, pero no deberíamos llevar la carga solos”, reflexiona.

A los 14 años llegó a Estados Unidos de la mano de sus padres, afortunadamente de manera legal, pero sin hablar inglés, por lo que en su primer examen de High school de IQ obtuvo una puntuación muy por debajo del promedio considerado normal, lo que provocó que su profesor y compañeros se burlaran de ella.

“No respondí con rabia ni con tristeza. Lo único que la prueba confirmaba era que no sabía el idioma en que estaba escrita. El mensaje fue claro: necesitaba aprender inglés y rápido”.

Y lo consiguió, así como su título universitario, pese a que para ello tuvo que estudiar de noche porque durante el día necesitaba trabajar. Cabe destacar que entre sus primeros empleos fue asistente de recepcionista en un banco y terminó con altos puestos.

Interrumpió su vida bancaria porque tras casarse con Álvaro Alejandro, a quien siempre menciona y agradece por ser su sostén, decidió dedicarse a la maternidad, de hecho, titula un apartado como “La vida antes de Eric y la vida después de Eric”.

El nacimiento de Eric le provocó una montaña rusa emocional porque tiene Síndrome de Down, sin embargo, al día de hoy ayuda a millones de familias a través de la organización FUERZA que, en conjunto con una amiga, creó para apoyar a personas con discapacidad y sus familias, así como hacer consciencia en la sociedad y gobiernos sobre la integración y trato digno con leyes justas hacia este sector. Esto lo ha logrado gracias al amor y precisamente fuerza que su hijo y familia le brindan, una historia conmovedora que merece la pena que lean de su propia pluma.

Como se puede leer en el libro, lleno de experiencias que la autora nos comparte, dentro de su trayectoria profesional, Rosario Marín ha ocupado altos cargos, tanto en el sector público como en el privado. En 1994 fue elegida como alcaldesa de Huntington Park, California, y fue en 2001 cuando George W. Bush la nombró Tesorera de Estados Unidos, siendo la primera y hasta ahora única persona migrante y mexicana en desempeñar tan alto puesto.

Formó parte del gabinete del gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, como secretaria de la Agencia de Servicios del Estado y el Consumidor. Apoyar las causas de personas con discapacidad es otro de sus motores de vida, motivo que le ha merecido diversos reconocimientos entre el que destaca el de Rose Fitzgerald Kennedy Prize, que recibió de la ONU en 1995.

Esta es una historia de vida inspiradora que de primera mano nos comparte en este texto, el cual está lleno de lecciones que, sin duda, le motivará.