Ejemplo de dedicación y profesionalismo
Octubre 2020
Salvador I. Reding V.
A través de su ya larga historia, ininterrumpida, la revista La Nación ha tenido en su staff a personas muy dedicadas, muy profesionales e identificadas con los principios doctrinales. Cuando uno conoce y vive, o ha vivido las entrañas de la labor periodística, ve muchas tareas que el lector, con su ejemplar en mano (o en su pantalla), no conoce. El producto ya está elaborado por gente dedicada. Una de esas personas en La Nación fue el licenciado Jorge Rodríguez Bañuelos.
Conocí a Jorge hace veinte años, cuando la dirigía Silvino Silva, y estaba en una casa en la calle Nicolás San Juan. La revista se publicaba quincenalmente, lo que requería mucha dedicación para su entrega al Partido. Había que cubrir muchos temas de interés para el panismo, en especial reportajes especiales, que requerían investigación, preparación y edición, y este trabajo lo realizaba muy bien Rodríguez Bañuelos.
Su escritorio estaba justo a la puerta de la dirección, en donde acumulaba documentos, diarios y más, y su computadora. Siempre lo veía ocupado, fuera leyendo o escribiendo. Me llamaba la atención el enorme tamaño de la tipografía que aparecía en su pantalla, nunca supe ni le pregunté por qué eso.
En cada número de La Nación, el nombre de Jorge aparecía firmando varios de los artículos y reportajes, cubría los diversos temas sin problemas, por su amplia experiencia como redactor y en periodismo de investigación. Su estilo era bueno, ligero y atractivo de leer y, como dicen, de “seguir leyendo” una vez empezado uno de sus escritos. Hacía el trabajo que algunos columnistas no perecíamos muy dispuestos a hacer, por tener que dedicarse a investigar; opinar es más fácil.
Jorge inició su trabajo en La Nación junto con Silvino Silva, en 1997, como subdirector, tras haber colaborado en igual puesto con Silvino en El Noroeste, de Sinaloa. Tras varios años en La Nación, en 2003, Jorge emigró de la Ciudad de México para ser director en Guanajuato de “SABES” (Sistema Avanzado de Bachillerato y Educación Superior). Allí residía su familia y había estado viajando entre esa ciudad y la capital cada semana.
Había estudiado la carrera de abogacía en la UNAM, y se inició en el periodismo en el diario El Sol de México. Trabajó en diversos medios, como en los diarios AM y Contacto, en León, Guanajuato, y en los noventa ocupó la dirección de AM, en Celaya.
El pasado mes de julio se sintió enfermo y fue internado en el Hospital General de León: tenía COVID-19, y tras de casi un mes de padecerlo, falleció la madrugada del 9 de agosto, a los 71 años. Hubiera celebrado su cumpleaños 72 en diciembre. Saber que había partido a la Casa de Padre resultó muy triste para quienes lo conocimos y apreciamos de cerca su dedicación a la difusión periodística del PAN en La Nación.