Los nuevos libros de texto

Agosto 2023

María Elena Álvarez de Vicencio

La Nación

Los Libros de Texto Gratuitos han sido un gran apoyo para alumnos, familias y profesores desde que inició su distribución en 1960. Antes de su existencia, a las familias con pocos recursos les era imposible proporcionarles a sus hijos este tipo de materiales. Los libros gratuitos han permitido que todos los niños mexicanos puedan cursar la educación básica, teniendo acceso a conocimientos que les permiten seguir aprendiendo, independientemente de los recursos económicos que dispongan.

Sin los libros de texto, los profesores proponían lo que a su juicio era útil para resolver los problemas. No contaban con esquemas y programas estructurales para transmitir conocimientos a los alumnos. La aparición de los libros de texto ayudó también a uniformar los conceptos y los enfoques analíticos del problema educativo.

El asunto de los Nuevos Libros de Texto Gratuitos ha preocupado desde hace algunos meses no sólo a los educadores, sino a buena parte de la sociedad. La renovación de su contenido ha producido opiniones encontradas que llegaron a la disputa jurídica. Más recientemente, el pasado 31 de julio, la jueza Yadira Mena señaló un plazo de 24 horas para que la Secretaría de Educación Pública (SEP) acatara la medida cautelar para suspender la impresión y distribución de esos libros, lo cual no ha sucedido.

Sobre el contenido de estos libros se han expresado muchas críticas, sin embargo, me gustaría señalar aquí algunas de las más relevantes: los nuevos libros que se usarán en el próximo ciclo escolar, titulados “Nuestros saberes”, están dirigidos a alumnos, maestros y familias. El agrupar a tan diferentes lectores convierte al libro en un objeto que difícilmente va a interesar a todos, especialmente, a los alumnos que no se sentirán atraídos por un texto que lo sienten ajeno. Mezclar en un solo libro textos dirigidos a diferentes grupos limita el interés y la facilidad para que cada uno encuentre lo que a su nivel necesita.

El desarrollo de contenidos específicos, unos para maestros y otros para estudiantes, era muy importante y útil para la preparación de las clases y para el seguimiento de los alumnos. La supresión del libro del maestro podría dar como resultado la ausencia de programas específicos estandarizados para cada materia, que antes, al ser un libro especialmente dirigido a ellos, auxiliaba a los maestros en la planeación.

Los nuevos libros de texto no incluyen, como tradicionalmente se hacía, la materia de matemáticas. Para un área tan compleja como ésta y que anteriormente se enseñaba gradualmente a todos los niveles, el programa actual no propone esa facilidad de aprendizaje. El contenido de los libros en esta materia está incompleto, ya que el trabajo por proyectos da por hecho que los alumnos ya dominan la materia.

Por otro lado, los libros incluyen cápsulas informativas poco fundamentadas, muchas veces sin citar sus fuentes y sin relación unas con otras, casi como un compendio, ya que no existe evidencia de un hilo conductor basado en un programa que ofrezca consistencia y solidez.

Es muy necesario que los responsables de esta labor, particularmente la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos y la SEP, logren resolver las dificultades y responder con sensibilidad a las preocupaciones que padres de familia y expertos han vertido sobre los materiales, ya que falta muy poco tiempo para el inicio de las clases y, para ello, los textos son indispensables para los alumnos.

Esperamos que las autoridades y los responsables de la edición de los libros rectifiquen lo relativo a materias y programas, para que los alumnos y maestros encuentren en los libros el contenido necesario para un aprendizaje exitoso.

 

María Elena Álvarez de Vicencio es Directora del Centro de Estudios para la Mujer Blanca Magrassi y Consejera Nacional del PAN.

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