Meméxico lindo y…
Abril 2022
Sergio Rodríguez Colín
La realización de la consulta de revocación de mandato resultó ser todo lo que esperaba: un circo de tres pistas. La primera de ellas es la lectura que el propio presidente López Obrador y Morena hicieron de los resultados; la segunda, las cifras de participación ofrecidas por el Instituto Nacional Electoral (INE), y la tercera, la comunicación política que dejó este ejercicio democrático.
Para el jefe del Ejecutivo y sus aliados, la consulta fue todo un éxito que refrenda la popularidad del Primer Mandatario y de su gobierno, a pesar, de acuerdo con el tabasqueño, de las trampas del INE, a quien acusó de instalar sólo una tercera parte de las casillas que se tuvieron en la elección de 2018. Como dato relevante cabe decir que el mandatario federal anuló su voto al escribir en la boleta: “Viva Zapata”.
De acuerdo con cifras de INE, la consulta de revocación de mandato tuvo una participación ciudadana, con el 99.59 por ciento de las actas computadas, del 17.70 por ciento, lo que se traduce en 16 millones 437 mil 493 votos. Los sufragios ciudadanos se dividieron de la siguiente forma: “Que se le revoque” 1,059,739 (6.44%); “Que siga” 15,100,460 (91.86%), y “Nulos” 277,422 (1.68%).
Muy lejos quedó el tan pretendido 40 por ciento que deseaba alcanzar López Obrador. La consulta no resultó, ni de cerca, ser vinculante, pese al quebranto de la ley por parte de funcionarios federales, como el secretario de Gobernación, gobernadores morenistas, mitin de Claudia Sheinbaum, y presidentes municipales, que ilegalmente y en pleno desafío a la autoridad electoral promovieron la consulta.
La comunicación política que dejó la consulta de revocación de mandato es contundente y ubica en la realidad al presidente y a su partido Morena. El fracaso de este ejercicio democrático materializó el desaire de las y los mexicanos.
El tabasqueño perdió por lo menos15 millones de los votos que recibió en el proceso electoral de 2018. Con su nulo interés, sólo 2 de cada 10 mexicanos acudieron a votar, los ciudadanos le dijeron a López Obrador que se ponga a trabajar y deje de polarizar a la sociedad. La voz ciudadana fue poner un alto al despilfarro y a las politiquerías.
En ese sentido, cabe señalar que la consulta tuvo un costo de mil 700 millones de pesos, dinero que terminó siendo tirado a la basura, pues al no ser vinculante no tiene ninguna validez oficial. Ese derroche inútil pudo ser destinado a la compra de medicinas oncológicas o al apoyo a la inversión y el empleo, entre otros apuros que apremian a las y los mexicanos.