Meméxico lindo y…

Iniciamos un nuevo año y nuestras esperanzas en cuanto a cambiar esos malos hábitos resurgen. Pero también renace en todas y todos los mexicanos la esperanza de cambiar el futuro de nuestro país, de lograr la nación que tanto queremos heredar a nuestras hijas e hijos, un México con desarrollo en materia económica, con un eficiente sistema de salud y, sobre todo, en paz.

El retorno de la coalición “Va por México” es una buena noticia para todos los ciudadanos, es el indicador de que la oposición ha escuchado a la sociedad civil en cuanto a lo que ésta espera de sus gobernantes: honestidad, transparencia y pluralidad, pero, sobre todo, unidad.

Lo que hoy día demandan las y los mexicanos es unidad en torno a un proyecto que de verdad busque el bien común de la sociedad en su conjunto. Están cansados de la polarización que desde Palacio Nacional se hace día a día y que lo largo de cuatro años ha dividido de forma innecesaria al país.

Los resultados de esta división han llevado al colapso a México en todos los ámbitos. Por ejemplo, la tasa de inflación en el país terminó el 2022 en 7.82 por ciento, la mayor en los últimos 22 años; la sensación de inseguridad entre los mexicanos –junio de 2022- rebasó el 60 por ciento, es decir, más de la mitad de la población de la República consideró inseguro vivir en su ciudad.

Es un hecho que la estrategia de gobierno implementada por el presidente no ha funcionado en estos cuatro años, como también es un hecho que el tabasqueño no va a cambiar su postura en lo que resta del sexenio, por lo que no corresponde a nosotros, la sociedad civil, junto a los partidos políticos, sacar del letargo a México.

Las elecciones de este año en Coahuila y el Estado de México son una nueva oportunidad para detener el avance del partido hegemónico, partido que a donde llega todo lo corrompe y destruye, sino sólo basta ver entidades como Baja California, Zacatecas o Sinaloa, entre otras, estados donde quienes verdaderamente gobiernan son los grupos delincuenciales.

La contienda presidencial de 2024 será la madre de todas las elecciones desarrolladas en el México democrático –a partir del año 2000-, pues en ese proceso electoral estará en juego el futuro de cada una y uno de los mexicanos.