Meméxico lindo y…
Noviembre 2023
Sergio Rodríguez Colín
La respuesta del Gobierno federal, encabezado por el presidente López Obrador, ante la tragedia ocurrida en Guerrero por el paso del huracán Otis, principalmente en Acapulco y Coyuca de Benítez, ha sido lamentable en todos los sentidos, pues carece de solidaridad y empatía hacia los pobladores de esta entidad, además de ser mezquina.
Como sus cinco años de administración, la solución a la devastación que sufrió este estado está basada en la “politiquería” de Morena, es decir, está asentada en las mentiras, que ya son un estigma de los gobiernos, federal, estatal y municipal, liderados por el partido guinda.
El tabasqueño anunció el pasado 7 noviembre que entregaría a los afectados por esta catástrofe climatológica al menos 250 mil enseres domésticos, lo que se traduce en 250 mil estufas, 250 mil refrigeradores, etcétera. Lo cuestionable de este aviso es cómo se decidirá quién puede ser beneficiario de esta ayuda y qué proceso se tendrá que seguir para recibir dichos enseres. La opacidad en toda su gloria.
A la par de este anuncio, en la Cámara de Diputados se aprobó el Presupuesto de Egresos de la Federación 2024, el cual prevé un gasto público histórico de más de 9 billones de pesos. La novedad es que ni un solo peso de este monto está destinado para la reconstrucción y atención de Guerrero.
Resulta inaudito para la gran mayoría de las y los mexicanos que el Gobierno federal y diputados morenistas no hayan enfocado este presupuesto para ayudar a los damnificados de esta bella entidad y, por el contrario, se destinen recursos para las obras del tabasqueño como son los casos del Tren Maya o la refinería de Dos Bocas.
Pero entre lo más grave de la actuación de López Obrador está el uso electoral que está haciendo de la tragedia provocada por el huracán de categoría cinco en Guerrero, pues determina, a su gusto, los tiempos legislativos para que ninguno de sus elegidos a contender por las nueve gubernaturas en juego en 2024 se vea manchado por la ineficacia de su administración.
Mañosamente, por parte de la bancada morenista y partidos satélites, la discusión de las reservas hechas por los partidos de oposición terminó la madrugada del jueves 9 de noviembre, con el propósito de que aquellos legisladores ungidos por el dedo presidencial estén libres para acudir el 10 de noviembre a recibir la bendición del patriarca tabasqueño vía Mario Delgado.
No hay duda, López Obrador y su partido Morena son cicateros y están ávidos de conservar el poder a como dé lugar, que importan los cientos de desaparecidos y damnificados que dejó Otis, mucho menos importa la rehabilitación del puerto de Acapulco. Lo que les importa únicamente es cuántos votos podrán obtener por esta tragedia. ¡Cuánta mezquindad!