Un MéXico sin límites sí es posible

Octubre 2023

Déborah Martínez

La Nación

Hoy nada está asegurado, hoy estamos a tiempo de dar y ganar la batalla democrática de nuestras vidas. Las y los jóvenes tenemos en nuestras manos nuestro futuro.

Morena está siguiendo su estrategia de hacer creer a toda la sociedad mexicana que el 2024 ya está decidido, que según ellos están 30 puntos por encima, que ya no hay vuelta atrás. Cuidado, es un juego en el que no podemos caer.

El oficialismo ha alcanzado el vértice de su parábola, el fervor por la “transformación”, por el “cambio”, se está esfumando. Hoy, a cinco años de gobierno la decadencia es evidente, ellos saben que no tienen la misma fuerza que en 2018. Gradualmente, la población está advirtiendo los riesgos y el fiasco que resultó ser el movimiento de regeneración nacional, que debiera ser más bien de degeneración nacional. Ante un gobierno nulo de resultados, sólo les queda seguir haciendo promesas titánicas, quizás inalcanzables, para tratar de mantener sus números.

El desgaste de su movimiento es innegable y ante ello sólo les queda mentir reiteradamente, esperando que su popularidad ya no siga cayendo. Por eso, hoy apuestan a invertir en encuestas, datos y publicidad falsa, no tienen otra opción para mantener de pie a su cuarta transformación de fachada, pero conforme pasa el tiempo la estructura se debilita y es inminente su derrumbe. Ellos seguirán negando la realidad, mentirán desproporcionalmente para hacer creer a las y los mexicanos que el 2024 ya está escrito sobre piedra, que ya no hay alternativa. Ahí es donde debemos despertar, en las almas mexicanas, esa llama de la esperanza de que un MéXico sin límites sí es posible.

Necesitamos salir a convencer a las mexicanas y a los mexicanos que sí hay batalla, competencia, que sí es posible ganarles, que no son invencibles y que sí vamos en UNIDAD, vamos a ganar.

Han intentado de todo, pero su gelatina no ha cuajado ni cuajará, por mucho que la protejan y la resguarden para que no salga al sol, para que no se derrita, para que no se arriesgue, para que no se exponga. Su popularidad es insostenible. Un liderazgo artificial inflado a la sombra del presidente, a costa de corrupción e ilegalidades, quizás pudiera lograr despegar, pero en cualquier momento podrá desplomarse, como reza el proverbio: “lo que natura no da, Salamanca no presta”.

Hoy estamos ante una oportunidad invaluable para demostrar, en los próximos meses, un contraste de proyecto de nación. Mientras allá están viviendo una carnicería por los espacios públicos de todo el país, en abierta confrontación, división y ruptura, en el Frente debemos demostrar altura de miras para la UNIDAD, el trabajo en equipo y la coordinación en la organización; mientras allá se esconden y evitan el debate, acá somos valientes y damos la cara porque nosotros sí queremos que la ciudadanía escoja democráticamente y libremente, no con amenazas, amagues y mentiras, argumentado, falsamente, que si pierden, se acabarán los programas sociales, no hay cosa más mezquina que tratar de engañar a la gente, sólo por su beneficio propio. Han demostrado y desenmascarado su “lucha” por una sedienta búsqueda del poder.

Necesitamos hacer notar sus errores a todo México, alzar la voz ante sus corrupciones y peligros. Necesitamos ser portavoces de un mejor futuro, inteligente, consciente y sostenible. Mientras ellos están desesperados, nosotros tenemos todo para dar la batalla democrática más grande de nuestras vidas, hoy no podemos bajar la mirada, no podemos permitirnos tibiezas, hay que ser valientes, hay que dar pasos firmes y seguros, y ofrecer a la ciudadanía una alternativa, una alternativa que sí es posible con Xóchitl Gálvez, para no volver a cometer el error de tener un país de una sola persona. Hagamos un México de todas y todos.

A nosotros, como juventud mexicana y especialmente como juventud panista, nos toca volver a encender ese ímpetu y viveza que nos caracteriza, una perseverancia férrea y agresiva, móvil, con valor -como en nuestros inicios-, sin temor a incomodar y señalar, que sepan que los jóvenes no nos quedamos callados.

Hoy la gente busca definición, firmeza y concretamente, con aquellas y aquellos que son apáticos de la política, tenemos el gran reto y responsabilidad de comunicarles y transmitirles el mensaje de una manera distinta, disruptiva e innovadora, debemos advertirles el riesgo latente que representa Morena para nuestro futuro. No estamos muy lejos, si no hacemos algo no hay mañana, ese país democrático en el que nos tocó nacer puede volverse una quimera, como aquella que nuestros abuelos añoraban.

En la juventud mexicana recae el voto decisor, tenemos que salir a votar el día de mañana. Recordando a John Keane, las democracias mueren por dos tipos de personas: aquellas que se dedican activamente a desprestigiar y debilitar dolosamente a las instituciones y a la democracia misma, y por aquellas que permiten que las primeras actúen libremente. Es ahora o nunca, los jóvenes tenemos la gran responsabilidad sobre nuestros hombros.

La esperanza ya cambió de manos, ahora está con nosotros, no la soltemos y, por el contrario, convirtamos esa esperanza en realidad, en un México próspero, en ese México que queremos vivir y heredar a nuestras futuras generaciones.

 

Déborah Martínez es Secretaria Nacional de Acción Juvenil.

X: @DeborahLoMa

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