Transformación de 4ta

Claudia Sheinbaum enfrenta el dilema de ser un títere de AMLO o arriesgarse a una rebelión. Mientras tanto, Noroña, el fiel vocero del morenismo, asegura que la 4T dominará décadas de manera democrática y justa, aunque la militarización y la opacidad de su gobierno indican lo contrario. La administración de AMLO deja tras de sí un rastro de promesas rotas, inseguridad y caos económico, pero los mexicanos han vuelto a elegir a Morena. Y como si fuera poco, el abuelito de México planea reformar la justicia convirtiendo la elección de jueces en un show de popularidad, mientras el AIFA, ese capricho carísimo, sigue siendo el aeropuerto al que nadie quiere ir.

La “títere” Claudia

Claudia Sheinbaum, virtual presidenta electa de México, se enfrenta a un dilema: ser un títere de Andrés Manuel López Obrador, el Lord morenista, o arriesgarse a un golpe que podría desestabilizar su próximo gobierno. Hasta recibir el nombramiento oficial, Sheinbaum deberá obedecer al Lord Sith, cuál acólito, y esto se refleja en su presentación de gabinete de gobierno, cuidadosamente elegido para no irritar a AMLO. La pregunta es: ¿le conviene a Claudia dar un manotazo y mostrar independencia, o seguir las órdenes de Sidious y mantener la armonía con el hombre que con un solo twit puede hacer temblar su administración?

Un huesito con más carnita pide Noroña

Noroña, digno voleador de zapatos de la cuatrote, ya está tocando las puertas de Claudia para ver qué le toca. El todavía diputado y próximo senador aseguró que la 4T seguirá en el poder mientras no cometa errores graves. El discípulo izquierdista que nadie pidió asegura que la 4T no ha usado las Fuerzas Armadas para reprimir protestas y continuará luchando contra la desigualdad. Sin embargo, la militarización de la seguridad apunta al control totalitario. Según él, los medios no reconocen la transformación y están condenados a la intrascendencia. Y para acabarla de amolar, el profeta asegura que la oposición no sacará a la 4t en décadas. Pues ya veremos.

AMLO se va

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador está por terminar, pero la resaca que deja es de proporciones épicas. Después de presupuestos malgastados, obras que no sirven ni para memes, el incremento brutal en la inseguridad, la falta de servicios de salud y medicinas, la inflación galopante y un sinfín de muertes que parecen estadísticas sacadas de una película de terror, el balance es más negativo que la cuenta bancaria del gobierno. Y aún así, los mexicanos decidieron darle otra oportunidad a Morena. ¿La razón? Los apoyos económicos directos, esos caramelos envenenados que parecen endulzar la vida mientras el país se desmorona.

SCJN, ¿un reality show?

El abuelito de México, Andrés Manuel, ha decidido que es hora de reformar la justicia metiendo a elección popular la selección de jueces de la Suprema Corte. ¿El resultado? Politizar la justicia y socavar su independencia. El pasado 5 de febrero, el Ejecutivo presentó un paquete de reformas que promete convertir la elección de jueces en un concurso de popularidad. La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, respaldó esta iniciativa que se discutirá en la LXVI Legislatura. Mientras tanto, el país se prepara para una reforma que amenaza con dejar la justicia a merced del poder político. ¿Será esta la receta para un desastre judicial?

CHAFAIFA

El AIFA, el caprichito dorado del abuelito de México, sigue siendo el chiste más caro de la Cuarta Transformación. Empezó con la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, una ocurrencia que costó más de 330 mil millones de pesos. Este elefante blanco, que sigue sin ser rentable, ha quemado 450 mil millones de pesos, en lugar de los 75 mil millones estimados. La transparencia brilla por su ausencia con el Ejército a cargo y la información clasificada como secreto de estado, ¿opacidad? A casi dos años de su inauguración, el AIFA sigue aislado y sin transporte adecuado para llegar.