Llega Biden al poder y llama a la unidad
Enero 2021
Laura Vega
La toma de posesión de Joseph Robinette Biden como el 46º presidente de Estados Unidos y de Kamala Harris como la primera vicepresidenta mujer en la historia de este país, el pasado 20 de enero en el Capitolio, estuvo marcada por una de las situaciones mundiales más complejas debido a la pandemia, que ha ocasionado 400 mil muertes de estadunidenses y una fuerte polarización provocada por el ex presidente Donald Trump.
Esto se dio días después de que se suscitara uno de los hechos más inéditos en la historia norteamericana, que fue el intento de toma del Capitolio en Washington D.C. por parte de simpatizantes de Trump, luego de ser azuzados en redes sociales del mismo ex mandatario.
Desde que inició su campaña para reelegirse, Trump intentó sembrar la duda del fraude electoral. El día que se realizó el asalto al Capitolio, por parte de simpatizantes de su gobierno, escribió un tuit dirigido al vicepresidente Mike Pence, increpándolo por seguir el protocolo de reconocer la victoria de Biden y no hacer eco de su reclamo por fraude.
Tras azuzar a sus simpatizantes a la rebelión, ocurrió el mayor temor de Estados Unidos, que una de sus máximas instituciones, el Capitolio, fuera tomado por un grupo de personas, en donde resultaron muertas cinco, entre ellas una mujer que pertenecía a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y era abiertamente simpatizante de Trump.
Hubo toques de queda, miedo, la prensa mundial tenía la mirada puesta en Washington, en donde se libraba una guerra civil, el mismo día que el Senado debía declarar la validez de la elección de Biden.
Mientras Trump guardó silencio y sólo solicitó a sus seguidores respetar a la policía, pero no retirarse del Capitolio. Luego del trágico desenlace difundió un video donde reiteró la elección fraudulenta, pero les pidió irse a casa, “Los queremos… son muy especiales, entiendo cómo se siente”, fueron las palabras finales.
Ante ello, Biden resaltó que la democracia estadunidense estaba bajo un asalto sin precedentes y afirmó que no era disidencia, sino desorden y caos.
Trump, a su vez, más tarde y a pesar de las muertes, justificó lo ocurrido: “las cosas y eventos que ocurren cuando una victoria sagrada de una elección abrumadora es arrancada a grandes patriotas”. Así fue como el director de Twitter, Jack Dorsey, desde la Polinesia francesa fue informado por su equipo de abogados que habían decidido bloquear la cuenta de Donald Trump.
Millones de reacciones no se hicieron esperar, incluso del mismo Trump, que aseguró crearía su propia red social. Sin embargo, la decisión estaba tomada y hasta la fecha permanece así.
La toma de posesión
Pese a las amenazas que hubo, la falta de protocolos por parte de Trump y hasta descortesías hacia Biden, el miércoles 20 de enero llegó con un Capitolio completamente sitiado por el ejército estadunidense y con tan solo 200 invitados, que debían hacerse la prueba COVID-19 para poder asistir a la ceremonia.
Bill y Hillary Clinton, Barack y Michelle Obama, George y Laura Bush, eran parte de los invitados más distinguidos, pues es tradición entre los ex presidentes guardar una buena relación.
Horas antes, Trump abandonaría la Casa Blanca para viajar en helicóptero hasta la Base militar Andrews en Maryland, en donde ofrecería un discurso en el que resaltaba al final: “Regresaremos de algún modo”.
Posteriormente, y una hora antes de que rindiera protesta Biden, viajó en el Air Force One rumbo a su residencia en Palm Beach, Florida, aún con la maleta que lleva los códigos nucleares, la cual es desactivada en el momento que deja de ser Presidente de Estados Unidos.
En la toma de protesta de Biden, el Himno de Estados Unidos fue interpretado pro Lady Gaga.
Para juramentar, Kamala Harris utilizó dos Biblias, una que pertenecía a la vecina que la crío y le dio su fe, y la otra a un magistrado de la Suprema Corte. Mientras que Biden utilizó la Biblia que pertenece a su familia desde 1800.
Mensaje de unidad
Luego de los acontecimientos recientes, Biden en su discurso hizo un llamado a la unidad, pues hay “mucho que reparar, mucho que restaurar, mucho que curar y construir. Y mucho que ganar.
“Podemos vernos unos a otros no como adversarios, sino como vecinos. Podemos tratarnos unos a otros con dignidad y respeto. Podemos unir fuerzas, dejar de gritar y bajar la temperatura. Porque sin unidad no hay paz, sólo amargura y furia; no hay progreso, sólo ira agotadora. No hay nación, sólo una situación de caos. Este es nuestro momento histórico de crisis y desafío. Y la unidad es el camino para avanzar. Y debemos enfrentarnos a este momento como los Estados Unidos de América”, aseguró en el mensaje.