Los municipios mexicanos como pilares de una nueva gestión pública
Abril 2024
Atanacio Pérez Cañete
En muchas oportunidades se ha mencionado la importancia sobre el papel que juega la participación ciudadana, no sólo para una comunidad en particular sino para la nación entera. A medida que nuestras sociedades avanzan, la necesidad de involucrar a la ciudadanía en la toma de decisiones se convierte en un requisito obligatorio y en una premisa de la democracia participativa. Durante mucho tiempo, la participación ciudadana fue concebida como un medio para mejorar los procesos de las políticas públicas, contribuyendo a la legitimidad de los ciudadanos, pero reservando el control y las decisiones efectivas para los servidores públicos.
Actualmente, esa rama del pensamiento se ha modificado para dar paso a la idea de que, la participación ciudadana tiene como objetivo no sólo mejorar los procesos de las políticas públicas, sino redistribuir el poder público hacia las ciudadanías a partir de mecanismos de democracia participativa y directa, dando paso a que la sociedad adquiera un papel activo en las decisiones de gobierno. A partir de este enfoque, el fin último de la participación es profundizar la democracia con el empoderamiento de los ciudadanos en procesos que van más allá de lo electoral, para convertirse en experiencias de aprendizaje democrático y evolución cívica.
En el momento histórico por el que atravesamos, la participación ciudadana se convierte en un elemento primordial, pues es una ventana efectiva que nos refleja el sentir y las necesidades más apremiantes de todas las comunidades; en contexto, al presentarse una elección las y los ciudadanos concretan la democracia activa y permiten que ésta se siga instaurando en nuestro actuar cotidiano.
Es importante señalar que, a la hora de mencionar la nueva gestión pública, nos referimos no sólo al enfoque de eficiencia y transparencia en el desempeño gubernamental, sino al hecho de que la política también se transforma y evoluciona conforme lo hace la sociedad. Hoy por hoy contamos con ciudadanos más informados que buscan la forma de involucrarse en la toma de decisiones, y es nuestro deber ofrecer rutas de acceso que les garanticen que sus voces serán escuchadas. Asimismo, estamos convencidos que hoy más que en otros tiempos necesitamos impulsar la participación activa de las y los ciudadanos en los procesos políticos y sociales, así como en la toma de decisiones.
Confiamos en que la democracia mexicana se encuentra en un proceso de catarsis que nos acerca un poco más hacia un modelo participativo, en donde son más valorados los espacios de colaboración. La democracia participativa y la participación ciudadana se encuentran estrechamente relacionadas y es momento de aprovechar lo que esto conlleva: sociedades justas, demarcaciones satisfechas y una verdadera comunicación que nos permite conectar con nuestras poblaciones.
Los gobiernos locales constituimos la unidad gubernamental de más proximidad con la ciudadanía, por ello, contamos con un importante espacio para promover la participación ciudadana y hacerla parte de nuestras gestiones gubernamentales; algunas de las acciones que proponemos son:
- Establecer espacios y foros comunitarios para discutir y atender temas locales y políticas municipales.
- Promover los comités ciudadanos para que se pueda trabajar en colaboración con las autoridades locales en la identificación de problemas y la búsqueda de soluciones específicas.
- Hacer uso de herramientas digitales, para recopilar comentarios, opiniones y sugerencias de quienes habitan en nuestras demarcaciones territoriales, ampliando las zonas de participación y adecuándonos a las nuevas tecnologías.
- Fomentar y lanzar campañas de educación cívica, con el fin de mantener informados a los ciudadanos sobre sus derechos y responsabilidades como votantes y miembros de la comunidad.
- Impulsar la transparencia y la rendición de cuentas en nuestras demarcaciones.
- Llevar a cabo actividades y eventos que promuevan la participación cívica, como talleres, foros, etcétera.
- Invitar e involucrar grupos diversos y representativos de la comunidad, incluyendo a minorías étnicas, jóvenes y personas con discapacidad, para garantizar la participación de todas y todos.
El siguiente paso, por lo menos desde los municipios mexicanos, debe enfocarse en el impulso para fortalecer las instituciones, capacitando y profesionalizando a nuestros servidores públicos, propiciar espacios de opinión y mantener la cercanía con la población. La apropiación social nos abre camino para impulsar una democracia participativa activa y es nuestro deber y responsabilidad vigilar que los intereses de nuestras comunidades sean atendidos.